
Con el auge del vapeo y los cigarrillos electrónicos, puede que las grandes tabacaleras lleven una nueva máscara, pero el peligro sigue siendo el mismo. Depende de los adultos que se preocupan y de los jóvenes que hablan claro que hay que luchar contra las empresas que intentan aprovecharse de la adicción a la nicotina de los jóvenes.